Aprendamos...

Aprender a hablar tuvo que haber sido una experiencia trascendental para cada persona en sus inicios.

Aprender a comunicarse, a interactuar, a encontrar y sobre todo a aprovechar las distintas posibilidades que nos ofrece la tecnología, es algo a lo que ahora me estoy
abriendo,esperando que resulte tan apasionante como tuvo que haber sido el proceso de aprender a hablar...

Independientemente a eso, tal vez, solo tal vez, lo que a mi me parece interesante, a vos tambien...



miércoles, 16 de abril de 2008

Yo pecadora


Yo fui, la responsable de haber hecho la pregunta a Fernando Lugo. Esa sobre Cecilia que tuvo la desgraciada respuesta de que el secuestro y la muerte le habían pasado desapercibidos. Yo fui, la misma que un tiempo después intenté tirarle un salvavidas para que rectificara el error, y él prefirió ratificar su desacierto. Yo fui, la que le cuestionó en público y en privado lo lamentable que eran sus declaraciones.
Yo fui, la que durante mucho tiempo después rehuyó hacerle notas porque tenía rabia por su respuesta sobre la muerte de una chica que no había hecho mal a nadie sino todo lo contrario.
Alguien que sufrió una de las peores muertes en este país, una chica sobre la que descargaron una saña criminal e inmisericorde.
Yo fui, la que se mantuvo prescindente de todo y de todos por respeto a mí misma y a todos ellos, de uno y otro lado: A una madre, a una hermana, a un hombre de Dios que había equivocado tremendamente sus palabras.
La muerte de cualquier ser humano es demasiado terrible a los ojos de un Creador y debería significar lo mismo para cualquier ser humano. Y ni qué decir para quien ejerce un ministerio sacerdotal.
Yo soy, la que hoy rompe su propio pacto luego de ver a una madre siendo usada en televisión.
Yo soy, la que hoy quiere recordarle a esa madre que está haciendo propaganda por Nicanor Duarte Frutos, el mismo hombre que ELLA decía que le daba la espalda para buscar a su hija.
Yo soy, la que hoy quiere refrescar los recuerdos de esos momentos de dolor en que se tuvo que llamar a una conferencia de prensa para que reaccionara el gobierno y saliera a buscar a Cecilia.
Yo soy, la que le hizo miles de entrevistas donde decía que el gobierno nada hacía por encontrar a su hija, y a otras madres, y a otros hijos desaparecidos.
Yo soy, la que en infidencias tuvo que escuchar miles de veces las puteadas contra Nicanor Duarte Frutos por parte de la familia de Cecilia.
Yo soy una de las que se jugó por la causa de esa muchachita –y me jugaría mil veces nuevamente– porque miraba a mis niños y pensaba que nadie tiene derecho a hacerle a un hijo lo que va dirigido a los padres.
Pero yo soy también la que nunca pensó que vería a los miserables usando el dolor de una madre para conseguir votos.
Ya me tragué y no dije nada cuando vi a esa misma madre en una cena para recaudar fondos para juntar dinero para ensalzar a aquellos que tenían el poder y que no lo usaron para rescatar a Cecilia.
Pero hacer mensajes públicos, exhibir el dolor para restar votos y sumarlos a quien nada hizo por rescatarla viva mientras se pudo, es pornográfico.
Así que hoy no me queda otra que buscar mi lavarropas para lavar esta suciedad y me doy cuenta que hay manchas que ya nunca saldrán. Ni con lavandina.

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